En este mundo atribulado en el que vivimos y en el que todo sucede deprisa, las nanas, constituyen una presencia tranquilizadora en el universo infantil, y en su simplicidad ancestral, resultan un potente conjuro que sirve de antídoto contra los malos sueños, alejando pesadillas, y llenando de amor y paz el descanso de nuestros hijos.